“No habló”. “Ni hablaron, ni se vieron”. “Cien por ciento, decisión de Angelo”. Los voceros oficiales del Gobierno aseguraron que el presidente, Mauricio Macri, y su primo hermano, el ex dueño de Iecsa, una de las empresas mencionadas en los cuadernos de Oscar Centeno, no tuvieron ningún contacto que lo haya llevado a Calcaterra a presentarse ayer apenas abrió su despacho el juez Claudio Bonadio, para asumir sus responsabilidades en el escándalo de las coimas.
Sin embargo, Clarín confirmó ayer que Calcaterra le avisó el fin de semana a Macri que iba a arrepentirse. ¿En cuánto influyó el Presidente para que se presentara a declarar?, fue la consulta a las fuentes. Tanto los cercanos al empresario como del Gobierno aseguran que Macri no le hizo ningún pedido. ¿Por qué se adelantó? “Angelo no quiso dejar sólo a (Javier) Sánchez Caballero (ex CEO de Iecsa) en todo esto y quiso colaborar”, según allegados al empresario.
Al margen del motivo de la presentación espontánea, los allegados a Macri afirman que el Presidente decidió “no mover un dedo” para defender a su familiar, que prefirió el silencio, y que está al tanto de los movimientos del ex titular de Iecsa.
Según La Nación, en la Casa Rosada, el ambiente ayer estaba “algo apagado”, con funcionarios conscientes del “dolor” del Presidente por la situación que atraviesa su primo hermano. Pero a la vez, los funcionarios enfatizaban el “compromiso” del Gobierno por “no tapar a nadie”, empezando por casa.
Además de la acción sorpresiva de Calcaterra, también fue la llegada de Leonardo Fariña a Comodoro Py. El primer imputado colaborador, en la causa de “la ruta del dinero K”, ofreció al juez Bonadio información sobre el circuito de pagos ilegales.